viernes, 7 de agosto de 2020

La pandemía tambalea fechas

 No sabía ni como titular el post,... aunque tampoco tengo muy claro qué voy a decir, más que este puñetero virus que nos tiene a todos "acojonados" (perdonadme la expresión) nos ha hecho a más de uno posponer fechas que teníamos señaladas en el calendario con rotulador permanente...o no? Como muchos sabéis, el 1 de mayo, nuestro mediano, Alvarito hubiera recibido su Primera Comunión en el cole...con sus amigos. Cómo os conté en post anteriores, nuestro cole prepara a los niños que así lo desean para este camino de sacramentos y vida cristiana y tercero de primaria es el año no, el añazo, porque se confiesan, se confirman y reciben su Primera Comunión. Pues ya sabéis...nos quedamos colgados casi dos meses antes por el confinamiento.

Estos meses nos han enseñado muchas cosas, pero una de ellas creo que ha sido el no planear, el estar abierto a cambios, el cambiar el planazo del siglo de un plumazo y el posponer decenas de cumpleaños familiares que sabemos que no haremos ni amontonaremos como todos decíamos. Vivir el presente, como hacían nuestros abuelos que nacía un hijo y no esperaban a tener el ultimo adorno del salón de celebraciones para celebrar un bautizo, sino que nacía el niño y al día siguiente iba el padre o la abuela a hablar con el párroco para poner día y hora. 

¡Dicho y hecho!¡Aquí te pillo y aquí te mato!...como lo queráis decir,...no me neguéis que muchos desde marzo intentáis vivir el presente sin mirar la agenda más allá de varias páginas.

Hace unos días, decidimos, así sin más que pese a que podía ser en octubre, Álvaro iba a recibir al Señor ya,...¿Y si en octubre no se puede? ¿Y si no estamos los que tenemos que estar? ¿Y si....? Lo esencial en éste caso estaba dispuesto (el cura...sin él no hay Misa, gracias SIEMPRE) y el niño dispuesto y preparado...lo demás se hace, se monta, se organiza en los días que quieras...hay quien necesita medio año (o el año entero) y hay quien en pocos días "enjareta" lo que sea (con ayuda claro).

Y en ésta estamos. En dos semanas (si Dios quiere) nos juntaremos con la familia y Álvaro meses después hará su Primera Comunión.  Eso sí, en un "escenario" muy diferente al que hubiéramos imaginado, no será un su cole, ni con sus amigos ni en su Antequera pero estoy segura que todos los que le vamos a acompañar lo vamos a disfrutar mucho.

Os iré contando, ¡¡¡pero me quedan días de bendita locura!!!!

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