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lunes, 4 de febrero de 2019

Coaching para un viernes noche

Empezar febrero de la manera que lo he hecho me ha dejado tocada...para bien...😁😁😁. Febrero arranca con ganas de hacernos sentir mejor, no se me ocurre mejor manera de empezar un fin de semana y un mes. Jamás pensé que en una charla de coaching podría reír, emocionarme, pensar, removerme por dentro y cien mil cosas más como me pasó ayer...Tengo que reconocer que pensaba que el tema del coaching y "esas cosas" son comeduras de tarro y poco más. 


Ayer me sorprendió mucho, como a todos los que estábamos allí, que no éramos pocos (rozando el centenar de personas) nos removimos por dentro mientras reíamos o nos emocionábamos con las palabras o los vídeos que el ponente nos puso.

Juan Carlos Luque nos trasladó al mundo de las emociones, al mundo de lo que nos hace feliz, a pensar en aquello que más queremos, en pensar qué somos y dónde queremos llegar, nos hizo reflexionar sobre la gratitud y la ingratitud, sobre el amor, sobre la familia, sobre las pequeñas cosas que nos hacen felices cada día, y a fin de cuentas... sobre la felicidad.

El público de la charla era bastante heterogéneo... pero Juan Carlos ha sabido darnos a cada uno de los que estábamos allí muchas respuestas a nuestras frustraciones, a nuestros miedos y a nuestros "desencuentros" diarios, ha sabido trasladarnos y acercarnos a la fórmula de la felicidad a casados, a solteros, a padres, a hijos, a creyentes y a agnósticos...a todos.

El liderazgo cobra sentido cuanto piensas en el otro, en tu entorno, todo cobra sentido cuando ayudas a los demás, cuando haces la vida un poco más fácil o agradable a los demás...o fin de cuentas...cuando haces feliz a los demás. El líder no nace, se hace; se hace y se entrena para serlo.

Me gustó mucho y me hizo pensar bastante una cosa que dijo sobre que la felicidad no es tener lo que quieres, sino querer lo que tienes. Y me trasladó a una cosa que leí de un Santo que llamaba la "mística ojalatera"; ojalá no me hubiera casado, ojalá hubiera estudiado tal cosa... tenemos que aprender a querer lo que tenemos y no podemos idealizar lo que no somos porque tenemos que partir de la realidad que tenemos y trabajarnos "los sueños".




Es fundamental cambiar de actitud; intentar hacerle la vida agradable a los demás, todo lo que hagamos nos viene de vuelta como un boomerang...de nosotros depende que queremos de vuelta. El ejemplo más claro y cotidiano lo vemos en la actitud que podemos llevar por la calle; cuando vamos sonriendo por la calle, las personas con las que nos cruzamos nos miran de una manera mucho más agradable que cuando una persona va seria o cabizbaja.


El objetivo fundamenta de todos es ser feliz, cada uno de una manera, pero ser feliz al fin y al cabo y eso dependerá de nosotros mismos. Ser feliz es una decisión que hay que tomar todos los días, que dependen de la actitud de cada uno para afrontar y gestionar los problemas que nos vamos encontrando. Para ello Juan Carlos nos subrayó varias claves:
  • Ser agradecido hasta en lo más mínimo
  • Ser optimista (desde que te levantas por la mañana)
  • Disfrutar de los pequeños placeres de la vida, desde el café mañanero hasta la cerveza que nos tomemos con los colegas
  • Tener objetivos a largo plazo...y trabajarlos
  • Cuidar las relaciones familiares y amistades más próximas; un día están aquí...y otro puede que no estén; aprovechamos esos ratos con ellos, le decimos cuanto los queremos?
Una charla de diez, amena, divertida, con "juegos prácticos" de los que cogimos nota para poder hacerlos en casa con nuestra familia y que estoy segura nos removió a más de uno, donde las dos horas largas se hicieron cortas. Ahora...a "rumiar" lo escuchado y poner en práctica todo lo que pueda para hacer más agradable la vida a los que me rodean.