martes, 17 de diciembre de 2019

Recogemos las temidas notas

Inmersos en los festivales de Navidad en los colegios nos acercamos al día de la entrega de notas... la temida entrega de notas...Es un momento que se vive normalmente con nervios y tensión en las casas,...¿Qué habrá sacado? ¿Cuántas habrá suspendido esta vez? ¿Cuántos sobres tendrá? Que no cunda el pánico y no lo vivamos como si fueran nuestros propios logros o nuestros propios fracasos...porrrrr favor!!! ¿Cómo afrontamos este momento? ¿Reaccionamos de manera adecuada?
Conviene recordar que las notas no son más que una muestra medible del progreso  en las adquisiciones y memorización de determinados contenidos académicos; es decir, que las debemos ver cómo un instrumento de medición, no como un objetivo en sí mismo.  A los padres a veces se nos olvida que para un profesor es muy difícil condensar en una sola nota hasta el mínimo detalle del trabajo, la ilusión y los propósitos que nuestros hijos tienen a lo largo de un trimestre. Por eso, los boletines de notas, deben siempre convertirse en una ocasión para hablar y conversar con ellos a cerca del trabajo realizado durante el curso y analizar tanto los éxitos como los posibles fracasos. Sea como fuere, la actitud que los padres debemos tener es la de sacar conclusiones positivas y seguir hacia delante (cómo yo les digo a los míos...para el próximo trimestre hay que apretar un poquito más). Lo más importante es que ellos vean que lo que se aprecia realmente es el proceso de trabajo y la interiorización del concepto de deber, y no tanto el resultado.

No es aconsejable valorar la calificación en sí misma, el numerito en sí, tampoco exigir al niño una determinada nota. Lo más importante es valorar el esfuerzo que hacen, ya que muchas veces el esfuerzo no está reflejado en la calificación obtenida. Hay niños que sin esforzarse consiguen el aprobado, y otros que tras echarle muchas horas, no logran obtenerlo. Los primeros pueden (y seguro que lo hacen estar) desperdiciando parte de su potencial (yo tengo uno de éstos y me pone enferma), y los segundos pueden desarrollar altos niveles de frustración y desmotivación fácilmente.

El conseguir buenas notas, en muchas ocasiones se convierte en una competición, y lo vemos incluso en las puertas de las clases cuando padres comparan las notas obtenidas por sus hijos, o compararlas con sus hermanos, sin tener en cuenta que cada niño es un mundo, es único e irrepetible, con sus propios intereses, nivel de maduración y estilos de aprendizaje.

Pero de la entrega de boletines también podemos sacar muchas cosas positivas. Nos muestran los puntos fuertes de nuestros hijos (y los no tan fuertes), que asignaturas les gustan más y despiertan más motivación. Es una herramienta para conocer mejor a nuestros hijos, sus gustos, sus capacidades,...

¿Y si suspende? Aunque a veces creamos que les da igual suspender, no es así, a nadie le gusta el fracaso. Para cambiar esa "mala conducta" tendremos que profundizar en porqué se ha producido, ver si el esfuerzo que han hecho ha sido el adecuado o sin embargo no han estudiado casi nada. Debemos darle confianza, hacerles creer que son capaces de aprobar y que con un poco de esfuerzo se puede conseguir. Nunca debemos etiquetarlos como "vago",  "flojo",... Es mejor ver en qué se ha fallado y poner un plan de actuación.

¿Qué hacemos con los aprobados? ¿Recompensamos? Del mismo modo que con los suspensos aunque siendo  la otra cara de la  moneda. No debemos compensarle por hacer su trabajo. Tienen que interiorizar el deber. Ahora se ha puesto de moda el regalito por las notas....y yo me pregunto...¿Regalito por hacer lo que deben hacer? ¿Queremos hacer creer a nuestros hijos que en sus trabajos los va a premiar cuando hagan lo que deben hacer?

"Todo el mundo es un genio...pero si juzgas a un pez por su habilidad para trepar un árbol, pasará el resto de su vida creyendo que es un idiota" (A. Einstein)



 
 

4 comentarios:

  1. Muy buena entrada. A ver que tal aparecen esas notas por casa. Por ahora son solo representativa porque la peque es muy peque (4 años), pero aun así... miedoooorr, jajajjaja
    Besotes

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    1. jejeje...ánimo...lo que tenemos que ver es el esfuerzo y las ganas que les ponen...además (por lo menos en mi casa) las notas del primer trimestre siempre son más bajas que los demás trimestre.
      Besos

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  2. Yo hace tiempo que llegue a la conclusión que damos demasiada importancia a las notas y aprendí a quitársela. Tengo un hijo en la universidad y otro en segundo de bachiller que es cuando de verdad importan las notas porque hacen falta para entrar en una carrera, pero este no tiene claro qué estudiar así que tampoco nos agobiamos en exceso.
    Al final, lo importante es que el niño coja una buena rutina de estudio, que aprenda y que sea feliz.
    A pesar de eso, aquí tengo a mi hija de 10 llorando como una magdalena porque ha bajado en inglés (entre otras cosas porque estuvo una semana mala e hicieron los exámenes justo a la vuelta) y no hay quien la consuele y la convenza de que es un simple número que puede depender de múltiples factores, y que no va más allá, supongo que por la influencia externa y porque se exige mucho a sí misma.

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    1. Que bueno y que esclarecedor tu comentario, Marta....llevas muchísima razón.... La verdad es que a todos nos gusta que saquen buenísimas notas...pero si no las sacan valen menos? Llevo unos días dándole vueltas a esto. Lo que tengo claro es que unas buenas notas no te van a hacer una persona más feliz, ni con más éxito ni mejor... Un besazo

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