Hace un par de años me quedé en puertas de acudir al Congreso que Lo que la verdad importa organizó en Málaga. Me inscribí pero a última hora, por temas de trabajo no pude acudir, así que este año, tras el anuncio de que finalmente se iba a celebrar on line por el tema del estado de alarma, me alegré porque supe que si o sí iba a poder asistir.
En esta edición especial, el título es "Tres historias, tres vidas". Tres vidas muy diferentes con tres historias para hacernos crecer. Tengo cinco páginas de anotaciones de palabras, ideas y reflexiones de los tres ponentes.
El periodista Jota Abril, paisano mío moderó a la perfección el evento. Los tres ponentes, un lujo: Juan Pablo Escobar, hijo del narcotraficante más buscado de la historia, Bosco Gutiérrez, arquitecto mexicano que estuvo secuestrado casi 10 meses hasta que él mismo se escapó y Pedro García Aguado, conocido en España por el programa Hermano mayor, pero que muchísimo antes fue Campeón del mundo de waterpolo en 1996 mientras estaba inmerso en el mundo de las drogas , el alcohol y las fiestas.
Juan Pablo Escobar...o Sebastián Marroquín por su cambio de identidad. Juan Pablo nos habló del perdón y del amor de su padre. Lo primero que nos dijo es que un nombre no debe definir lo que somos, el no tenía porque ser narco como su padre, no somos un nombre, somos nuestros actos y lo que declaramos. En todo momento dijo que lo que las series y las películas cuentan de su padre no es la verdad de la vida de su padre, su padre no solo fue lujos, drogas y mujeres...fue muchas más cosas y que a pesar de todas ellas, fue un buen padre que le educó en valores humanos y familiares. La vida de su padre, y la que vivió con él fue de violencia desenfrenada y de excesos, pero que a pesar de tener millones de dólares en efectivo en casa, muchas veces no podían ni comer porque estaban escondidos huyendo siempre de un sitio a otro.
Es arquitecto y lleva años reuniéndose con víctimas de su padre y pidíendoles perdón, llevando ya más de 150 familias.
Nos dijo, que está en nuestras manos cambiar el rumbo de nuestra vida, aún cuando el legado familiar ha sido nefasto.
Como consejo desde el confinamiento nos animó a ser mejores personas, redefinir nuestras prioridades, sacar lo mejor de cada uno, darnos la oportunidad de cambiar lo que no nos gusta. Y por su puesto, aceptar y mirar las partes positivas del confinamiento, porque solo así podemos salir reforzados de este momento. Nos invitó a conocernos mejor y a "conocer" mejor a nuestra familia.
Bosco Gutiérrez te da libertad interior. Tras 9 meses secuestrado te desgarra su secuestro y cómo va encaminando esos días en un cuartucho de 1x3 metros sintiéndose libre. Él tuvo claro que tenía que cuidar tres puntos: su salud mental, su salud física y aprovechar el tiempo...y podemos pensar...¿Cómo se hace eso en esas circunstancias? Lo logró gracias a reafirmarse en que creía en Dios, se liberó de la angustia y se adaptó a las circunstancias. Se hizo un horario y "fue productivo".
Después de 9 meses privado de libertad por unos terroristas, Bosco nos aconseja en estos días de confinamiento que recuperemos nuestra capacidad de oración (quién crea en Dios) o de reflexión; que aprovechemos el tiempo de "parón" de nuestra acelerada vida para tomarnos las cosas que verdaderamente importan con calma y recuperar esa capacidad de introspección. Nos invita a centrarnos en conocer nuestras limitaciones, apreciar lo que tenemos y abrazar a nuestra familia con más ganas que nunca.
Pedro García Aguado nos llevó por un viaje de aprendizaje que me dejó con la boca abierta. Cuenta como primer cambio de su vida en el momento que sus padres se divorcian y cambia su ambiente. Pequeño de tres hermanos empezó en waterpolo en Madrid pero nos ha contado que se fue a Barcelona "huyendo" un poco de su vida. Nos hizo pensar en qué es el éxito y qué el fracaso y qué nos aporta cada uno. Él nos cuenta, que el fracaso enseña lo que el éxito oculta y que enseñan más las derrotas que las victorias.
Las cosas no llegan siempre cuando quieres que lleguen...después de unos años siendo siempre Subcampeones del mundo de waterpolo y todos dándoles por fracasados, llegó la victoria en las Olimpiadas del '96...ahí, en "esa foto" de éxito, él era un completo fracasado, fracasado porque estaba realmente en un mundo paralelo de drogas, alcohol y fiestas hasta que dio el paso y se dejó ayudar. Fue así, cuando verdaderamente empezó a darle valor a muchas cosas. Él se emocionó contando de donde sacó su padre el dinero para pagar la clínica de desintoxicación suya...a mí me hizo llorar como una enana... cuando tocas fondo y sales a flote las vida se ve como con otros ojos. Él pudo salir y a día de hoy es un ejemplo para muchos jóvenes.
Nos recomendó reconocer esa vulnerabilidad que todos tenemos y ser fuertes pero ir de la mano con humildad. Nos pidió tener la serenidad para lo que no podemos cambiar pero focalizar en lo que está en nuestra mano cambiar. Y... atrevernos, atrevernos a decir más veces "te quiero", a besar más, a reconocer que no somos perfectos, a tener la humildad y la valentía de reconocerlo.
Como comentaron al terminar el Congreso, es realmente un privilegio contar con tanto tiempo para estar con la familia, tiempo para hablar con amigos y otros familiares que en nuestro día a día por trabajos y otras responsabilidades es imposible tener. Se puede sacar muchas cosas de la vida de estos tres ponentes que nos ayuden a impulsarnos, a sumar, a crecer, lo que es importante es que valoremos realmente lo que tenemos, sacrifiquémonos por lo que queremos y seamos felices sin juzgar a los demás.
Lo que está claro, que de estos tres ponentes, de familias radicalmente distintas, de educación muy distintas y de vivencias muy dispares podemos calarnos con los valores y enseñanzas que cada uno viven ( humildad y perdón, dignidad y superación, coraje y responsabilidad) para decirnos con su testimonio "lo que de verdad importa"
Y un gracias enorme por acercarnos a casa a éstas tres vidas y darnos la oportunidad de crecer.
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